(Mateo 7:1) No juzguéis, para que no seáis juzgados.
(1 Corintios 2:15 a.) …El espiritual juzga todas las cosas…
(1 Corintios 2:15 a.) …El espiritual juzga todas las cosas…
El lector poco informado dirá que la Biblia se contradice. ¿Cómo puede Jesús decir que no hay que juzgar a otros, y Pablo decir que el que es espiritual lo juzga todo? El objetivo del presente artículo es exponer a la luz de la Biblia y en el contexto cristiano el accionar del crítico y su labor. En otras palabras pretendo ver, con base en la Biblia, qué es la crítica, el crítico, lo criticable y el criticado.
La estructura del presente texto se asemeja en alto grado con el artículo titulado “La crítica, el crítico, lo criticado o los criticados”, publicado en lupaprotestante.com, escrito por el maestro Plutarco Bonilla[1]. Más allá de buscar una semejanza, este documento es una ampliación del tema y una re-creación de su opinión. Comparto la opinión del hermano Bonilla, pero creo que es necesario señalar algunos puntos importantes, más enfocados en la forma que en el fondo.
En el contexto cultural cristiano las opiniones respecto a la crítica están divididas. Algunos afirman que la crítica es necesaria, que la crítica es constructiva, que es necesario criticar, etc. Los contrarios afirman que no debemos criticar, que la crítica es negativa, que pocas veces edifica, que no podemos hablar en términos negativos de otros hermanos, y menos tratándose de predicadores, líderes y pastores. Un versículo de apoyo para el primer grupo puede ser 1 Corintios 2:15 a. “El espiritual juzga todas las cosas”; un versículo de apoyo para el segundo grupo Mateo 7:1 “No juzguéis, para que no seáis juzgados”.
Criticar o no criticar. Decir lo que pienso o quedarme callado y orar. Decirle al hermano cuales fueron los errores que cometió o quedarme callado y dejar que diga y haga algo que no está bien. Estas son disyuntivas en las que algunos nos encontramos, por un lado queremos decir algo respecto a algo, por otro encontramos un sistema que no permite sugerencias, comentarios, críticas, pero ¿Qué nos dice la Biblia?
En las siguientes líneas el lector se encontrará con el desarrollo del presente tema en seis momentos. La estructura de este texto iniciará con una definición clara de qué es la crítica. Luego haré referencia al sujeto que critica, el crítico. En tercer lugar qué se puede criticar, lo criticable; en cuarto lugar, el criticado. Además el lector se encontrará con unas líneas respecto a la forma de hacer crítica. Por último algunas reflexiones generales sobre el tema.
Este texto, además, cuenta con dos características. Los planteamientos hechos se hacen bajo una cosmovisión bíblica, y el texto está pensado para ser leído dentro del contexto cristiano. Invito al lector interesado en conocer más sobre el tema, a leer en un artículo sin las dos características antes mencionadas, con un enfoque más técnico y académico. La lectura de los dos artículos puede ser muy útil y complementaria
Dado que la lectura de este texto será una conversación, lector – escritor, su crítica es muy importante. Sería muy importante conocer su opinión. En la diferencia de opiniones se construyen nuevos conocimientos, cuando sabemos más, pensamos más y actuamos mejor.
La crítica.
Para comenzar creo que es supremamente importante tener claro qué es criticar, pero no solo con la carga negativa que culturalmente le hemos dado a esta palabra. Para muchos criticar es hablar mal de otra persona, comentar con otros los errores de otras personas, mencionar lo malo, etc. Esta definición errónea es la que nos tiene en problemas, es esa carga negativa que de entrada le podemos a esta palabra lo que no hace estar a favor o en contra de la crítica.
No puedo negar que en ciertas circunstancias esta palabra es utilizada como se mencionó anteriormente, con esa carga negativa. Así mismo se utiliza es contextos positivos como el crítico de cine, de literatura, de música, de futbol, etc. En el uso corriente que hacemos de esta palabra, según las circunstancias, puede tener una carga negativa o una carga positiva. Es por eso que el diccionario de la RAE tiene varías acepciones para esta palabra:
Criticar.
(De crítica).
1. tr. Juzgar de las cosas, fundándose en los principios de la ciencia o en las reglas del arte.
2. tr. Censurar, notar, vituperar las acciones o conducta de alguien.[2]
En las versiones de las Biblias comúnmente utilizadas por el pueblo cristiano la palabra crítica no existe. En la Biblia en Lengua Actual (TLA) sí podemos encontrar esta palabra. Seguramente por esta razón, entre en pueblo cristiano, no sea muy común el uso de esta palabra, ni sea muy bien entendido el significado de la misma. Pero el hecho que en nuestras Biblias no esté esa palabra no significa que la acción de criticar sea anti bíblica.
En las traducciones mencionadas la palabra utilizada indistintamente, con carga negativa y positiva antes mencionada, es juzgar. Es el caso de los versículos citados en este texto y que a primera vista pueden ser contradictorios.
(Mateo 7:1) No juzguéis, para que no seáis juzgados.
(1 Corintios 2:15 a.) …El espiritual juzga todas las cosas…
Aunque parece que habla de la misma acción, en realidad hace referencia a dos cosas completamente distintas. En griego está diferencia es muy clara. En Mateo 7:1 la palabra utilizada es κρίνω, que significa no solo juzgar, sino también pensar, acordar, condenar, decidir, determinar; y en 1 Corintios 2:15 la palabra utilizada es ἀνακρίνω que significa escrudiñar, discernir, investigar, observar detenidamente.
Para establecer una diferencia clara propongo conocer y tener muy claro dos acciones. Criticar es valorar un hecho. Mientras que juzgar es valorar un hecho y proferir una condena. Son cosas muy distintas.
Dios es el único que juzga, porque él tiene toda la autoridad para hacerlo. Nosotros no somos nada ni nadie para valorar las acciones de los demás y condenarlos. ¿Pero qué de valorar las acciones de otros?
Hablando de crítica es importante mencionar algunas características:
En primer lugar, la crítica es una valoración fundada. Esto quiere decir que la valoración que se haga sobre algo debe ser sólida, debe ser objetiva.
En segundo lugar, la crítica siempre debe enfocar sus esfuerzos en identificar los aspectos positivos y negativos de una acción, es decir, la crítica en ningún caso debe dedicarse resaltar únicamente los aspectos negativos, y tampoco irse al otro extremo y convertir su valoración en solo elogios.
En la Biblia encontramos ejemplos del accionar de la crítica. En el Antiguo Testamento, ¿qué hicieron los profetas frente a las actuaciones del rey y del pueblo? Ellos, en su momento y con la unción del Dios, valoraron las acciones, dijeron qué estaba mal y qué estaba bien.
Natán tenía que ser claro con David, tenía que hacerle entender que lo que había hecho estaba mal, que había pecado contra Dios. La parábola del rico que toma la única oveja del hombre pobre fue un grandioso recurso para que el rey entendiera su error. Elías, Eliseo, Jeremías, Isaías, Juan el Bautista y muchos otros valoraron las acciones de los demás.
Los textos sapienciales ¿No son una valoración de los hechos de la cotidianidad? Todo es vanidad. Esa es una seria crítica a la vida. En ese sentido el sabio escribió: (Proverbios 31:9 a) Abre tu boca, juzga con justicia.
Es imposible hablar de crítica en el Nuevo Testamento y no mencionar a Jesús, Dios manifestado en carne. Generación de víboras, ¿No esa una crítica absoluta y rotunda? Hipócritas les dijo a los Fariseos y Saduceos. Valoró sus acciones, y cuando encontró algo que estaba mal lo mencionó. El crítico, lo veremos más adelante, es un criticado. Jesús les preguntó a sus discípulos sobre la opinión de la gente sobre él ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? A Jesús le interesaba la valoración que la gente hacía sobre él.
Pedro valoró el accionar de Ananías y Zafirá. Pablo valoró las acciones de los creyentes del primer siglo, sus cartas son un vivo retrato de ello. Los habitantes de Berea, en Tesalónica, escudriñaron (ἀνακρίνω) las escrituras para ver si lo que Pablo y Silas predicaban era así.
Pablo escribe a los Corintios sobre la sabiduría humana y la sabiduría de Dios (1 Corintios 2), el hombre carnal evalúa las cosas carnales y no puede valorar las cosas espirituales, pero el hombre espiritual todo lo examina.
Las cartas motivan a las iglesias a estar atenta ante los falsos profetas y las falsas enseñanzas. La única manera de identificar dichos profetas y sus falsas enseñanzas es teniendo una actitud crítica ante lo que escuchamos y vemos. Los mensajes enviados a las iglesias en Apocalipsis también son ejemplo de un espíritu de crítica. Allí Dios valora las acciones de ellos, lo positivo y también lo negativo según el caso.
La Biblia no es ajena ni rechaza el sentido crítico, el del examen certero y objetivo; por el contrario anima a pensar, meditar, comprender, analizar, leer, a estudiar, a investigar, a ser críticos. La Biblia enseña la crítica, la valoración objetiva, léase valoración espiritual, valoración guiada por el Espíritu Santo, valoración basada en las escrituras.
Para terminar este apartado mencionemos lo que no es criticar, se puede parece pero no es.
Juzgar: deliberar acerca de la culpabilidad de alguien, o de la razón que le asiste en un asunto, y sentenciar lo procedente. En el juicio hay condena, hay sentencia. El único que puede determinar que alguien es culpable y condenar a alguien es Dios. Ahora, lo condenable es la valoración de un hecho negativo, nunca de un hecho positivo.
Claramente lo enseñó Jesús No juzguéis, para que no seáis juzgados. Encontré un comentario a este versículo que dice:
No juzguéis: Se prohíbe, no el ejercicio del debido juicio en casos necesarios (v. 6; Mt 18.15-17; Jn 7.24; 1 Co 6.1-5), sino la crítica indebida que no toma en cuenta las debilidades de uno mismo (v. 3-5).
Murmurar: Hablar entre dientes, manifestando queja o disgusto por algo. En su uso coloquial se define como conversar en perjuicio de un ausente, censurando sus acciones. Como podemos ver la murmuración recae también sobre lo negativo de una acción, y en ningún caso esta valoración es fundada, sólida. (Santiago 4:11) Hermanos, no murmuréis los unos de los otros.
Quejar (se): Expresar con la voz el dolor o pena que se siente. Manifestar el resentimiento que tiene de otra. Manifestar disconformidad con algo o alguien. Presentar querella. En todas las acepciones de la palabra se puede ver la carga negativa y cómo se aleja de la definición de crítica.
En la Biblia encontramos casos en los que no hubo crítica y las consecuencias no se hicieron esperar. Los hijos de Coré, más allá de valorar el trabajo de Moisés, quisieron tomar su liderazgo. Eso no es criticar.
Bueno sería que como hijos de Dios tuviéramos la capacidad de valorar espiritualmente las acciones de otros, no a los otros que es otra cosa. Qué tal si tuviéramos la motivación de los de Berea que examinaban en las escrituras todo lo que Pablo y Silas les enseñaban, a ver si era verdad. Qué bueno que tuviéramos ese sentido de objetividad que se ven en los mensajes a las iglesias, en Apocalipsis, Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo… Pero tengo contra ti... Qué bueno que todos fuéramos espirituales y lo examináramos todo, tomando el consejo de Pablo.
Pedro valoró el accionar de Ananías y Zafirá. Pablo valoró las acciones de los creyentes del primer siglo, sus cartas son un vivo retrato de ello. Los habitantes de Berea, en Tesalónica, escudriñaron (ἀνακρίνω) las escrituras para ver si lo que Pablo y Silas predicaban era así.
Pablo escribe a los Corintios sobre la sabiduría humana y la sabiduría de Dios (1 Corintios 2), el hombre carnal evalúa las cosas carnales y no puede valorar las cosas espirituales, pero el hombre espiritual todo lo examina.
Las cartas motivan a las iglesias a estar atenta ante los falsos profetas y las falsas enseñanzas. La única manera de identificar dichos profetas y sus falsas enseñanzas es teniendo una actitud crítica ante lo que escuchamos y vemos. Los mensajes enviados a las iglesias en Apocalipsis también son ejemplo de un espíritu de crítica. Allí Dios valora las acciones de ellos, lo positivo y también lo negativo según el caso.
La Biblia no es ajena ni rechaza el sentido crítico, el del examen certero y objetivo; por el contrario anima a pensar, meditar, comprender, analizar, leer, a estudiar, a investigar, a ser críticos. La Biblia enseña la crítica, la valoración objetiva, léase valoración espiritual, valoración guiada por el Espíritu Santo, valoración basada en las escrituras.
Para terminar este apartado mencionemos lo que no es criticar, se puede parece pero no es.
Juzgar: deliberar acerca de la culpabilidad de alguien, o de la razón que le asiste en un asunto, y sentenciar lo procedente. En el juicio hay condena, hay sentencia. El único que puede determinar que alguien es culpable y condenar a alguien es Dios. Ahora, lo condenable es la valoración de un hecho negativo, nunca de un hecho positivo.
Claramente lo enseñó Jesús No juzguéis, para que no seáis juzgados. Encontré un comentario a este versículo que dice:
No juzguéis: Se prohíbe, no el ejercicio del debido juicio en casos necesarios (v. 6; Mt 18.15-17; Jn 7.24; 1 Co 6.1-5), sino la crítica indebida que no toma en cuenta las debilidades de uno mismo (v. 3-5).
Murmurar: Hablar entre dientes, manifestando queja o disgusto por algo. En su uso coloquial se define como conversar en perjuicio de un ausente, censurando sus acciones. Como podemos ver la murmuración recae también sobre lo negativo de una acción, y en ningún caso esta valoración es fundada, sólida. (Santiago 4:11) Hermanos, no murmuréis los unos de los otros.
Quejar (se): Expresar con la voz el dolor o pena que se siente. Manifestar el resentimiento que tiene de otra. Manifestar disconformidad con algo o alguien. Presentar querella. En todas las acepciones de la palabra se puede ver la carga negativa y cómo se aleja de la definición de crítica.
En la Biblia encontramos casos en los que no hubo crítica y las consecuencias no se hicieron esperar. Los hijos de Coré, más allá de valorar el trabajo de Moisés, quisieron tomar su liderazgo. Eso no es criticar.
Bueno sería que como hijos de Dios tuviéramos la capacidad de valorar espiritualmente las acciones de otros, no a los otros que es otra cosa. Qué tal si tuviéramos la motivación de los de Berea que examinaban en las escrituras todo lo que Pablo y Silas les enseñaban, a ver si era verdad. Qué bueno que tuviéramos ese sentido de objetividad que se ven en los mensajes a las iglesias, en Apocalipsis, Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo… Pero tengo contra ti... Qué bueno que todos fuéramos espirituales y lo examináramos todo, tomando el consejo de Pablo.
El crítico
¿Quién crítica? Todos. Como ya mencioné este texto está pensado para el contexto cristiano, hijos de Dios así que todos los hijos de Dios pueden y deben hacer crítica, todos pueden criticar y deben criticar.
Como seres humanos Dios nos creó pensantes. Adán, primer hombre, era pensante, se comunicaba con Dios, puso nombres a los animales, cuidaba la creación de Dios, Dios le dio ordenanzas que él comprendió, lo envío a que gobernase sobre todo lo creado, etc. Todas las actividades que Adán realizó fueron acciones de hombre pensante, homo sapiens.
Al ser pensantes tenemos la capacidad de valorar lo que vemos, oímos, leemos, tocamos y sentimos. Contamos con unos sentidos que nos permiten percibir lo que está a nuestro alrededor y Dios nos ha dado la capacidad de valorar todas las cosas.
Como hijos de Dios, además, tenemos su Espíritu, y conocemos a Dios. Pablo afirma que Dios nos ha revelado todas las cosas por su Espíritu (1 Corintios 2:10); al nacer de nuevo, soy espiritual y el espiritual todo lo examina (1 Corintios 2:15).
Pablo, contrasta el conocimiento del hombre carnal y del hombre espiritual. El hombre carnal no puede entender todas las cosas porque no tiene el espíritu de Dios, mientras que el hombre espiritual lo puede examinar todo, tanto lo carnal como lo espiritual.
Hay algo muy importante que hay que tener en cuenta. Cuando hablamos de la crítica dije que la crítica era una valoración fundada. Además de ser espiritual el crítico cristiano debe saber de lo que va a hablar, de lo contrario es preferible que guarde silencio porque sus palabras no ayudarán.
La crítica debe ser fundada, debe tener como base unos parámetros sobre los cuales va a expresar sus opiniones. Es imposible que alguien comente un partido de fútbol, de sus impresiones, valore la técnica del equipo cuando no tiene el conocimiento suficiente para hacerlo. El crítico debe saber, debe tener conocimiento sobre lo que va a comentar. De ahí la importancia de tener conocimiento.
Si un crítico valora una predicación, en primer lugar debe hacerlo por el Espíritu de Dios, es decir, lo que prima no debe ser su simple opinión sino lo que Dios ponga en su corazón; en segundo lugar debe hacerlo con fundamento, todas sus valoraciones deben tener un fundamento, sea bíblico, académico, administrativo, pastoral, etc. El crítico debe ser el resultado de espiritualidad y conocimiento.
En cualquier caso debe evitar los extremos. Alguien sin conocimiento no puede ni debe criticar, así mismo alguien que solo tiene conocimiento no puede no debe criticar. Es común que los críticos, o los que se dicen ser críticos, se creen mejor que los demás. El crítico nunca debe pensar que es mejor o más que el criticado, ante todo el crítico debe ser responsable y respetuoso.
Pablo enseño a la iglesia un principio moral supremamente importante para el crítico, el crítico debe pensar de sí mismo con cordura. (Romanos 12:3) “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”
Así mismo otro principio que debe tener en cuenta el crítico es que no debe valorar negativamente los actos de otros cuando él hace los mismos actos. La enseñanza de Jesús respecto al juzgar a los demás nos enseña que uno no debe intentar quitar un palillo del ojo del otro, cuando en mi ojo se encuentra un tronco.
Para ampliar este punto invito al lector a leer el otro artículo sobre el mismo tema. En la segunda parte de éste, hago una descripción de las características del crítico y enmarco las diferencias del crítico y del criticón.
Lo criticable.
¿Qué se puede criticar? Todo. La base bíblica de este artículo, como ya lo mencioné, es 1 Corintios 2:15. En este texto encontramos la respuesta a la pregunta anterior y también encontramos la respuesta a esta pregunta.
Pablo enseña en el capítulo 2 que el hombre carnal es diferente al hombre espiritual ya que este último tiene el Espíritu de Dios. Dado que el hombre carnal no tiene el Espíritu de Dios no entiende muchas cosas, el evangelio le parece una locura. El hombre carnal puede, entonces, examinar solo las cosas carnales. Por el contrario el hombre espiritual puede examinar todas las cosas, no solo las cosas espirituales sino también las cosas carnales, y ningún hombre carnal lo puede examinar, entender, a él.
Este principio bíblico nos enseña que, mientras seamos hombres espirituales, podremos examinar todas las cosas, tanto lo carnal, como lo espiritual.
¿A qué se refiere Pablo con la palabra cosas? Creo que la labor del crítico debe recaer, en la medida de lo posible sobre los actos de los hombres más que sobre los hombres mismos. Opino que cuando Pablo habla de todas las cosas hace referencia a los actos o hechos de los hombres, de lo contrario diría que el espiritual examina a todos.
Creo que un ejemplo nos puede ayudar. En el círculo de las artes es muy común que exista un crítico de arte, un crítico de cine, en el caso del séptimo arte. Esta persona está encarga de valorar la obra de cineasta antes que al cineasta en sí mismo. El crítico de cine valora la película en sí misma, el reparto, el argumento, la música, la fotografía, la dirección, las locaciones, el vestuario, etc. El crítico no valora las personas sino el trabajo de las personas. En caso de ser necesario valorar la persona se valora como productor artístico. En este sentido la crítica debe ser ad auctorem, no ad hominem.
Dentro de nuestro contexto cristiano sería criticable el predicador y la predicación, el músico y su canción, el pastor y su administración, el maestro y su lección, el líder y su liderazgo, el escritor y se texto. No se olvide que la crítica debe recaer sobre la obra y sobre el autor de la obra, como autor no como persona ajena de la obra.
Nunca hay que olvidar todo lo que hemos dicho respecto a este tema. El hecho que algo sea criticable no significa que podamos descargar despiadadamente todas nuestras valoraciones.
Lo criticado.
Dado que todos somos críticos y todos somos criticables es indispensable aprender a ser criticados.
El cristianismo es público, el evangelio es público. Jesús nunca se escondió para anunciar las nuevas buenas, los apóstoles siempre predicaron en plazas y sinagogas en la medida en que les fue permitido. Al ser público es imposible pretender que la valoración de semejante acción sea privada, es decir, que nadie diga nada.
Culturalmente estamos acostumbrados a recibir con los brazos abiertos los reconocimientos y valoraciones positivas de nuestros actos, pero es particular que no somos dados a aceptar valoraciones negativas cuando nos equivocamos, siempre tenemos una justificación preparada.
Todo crítico debe ser criticable y por lo tanto debe saber ser criticado, en otras palabras, debe aprender a recibir la crítica, la valoración positiva y negativa de sus actos. Si como espirituales podemos examinar las obras de los demás, los demás pueden examinar nuestras obras. Siempre debemos contar con ello.
En nuestras iglesias es complicado que cuando algún predicador, por ejemplo, diga algo que no es bíblico, alguien se ponga en pie lo interrumpa y lo corrija. Culturalmente no estamos preparados para hacerlo ni para aceptarlo. Pero creo que es el momento de aprender a hacer crítica y de aprender a ser críticos. Qué bueno sería que después de dicha predicación, el predicador pudiera escuchar la valoración de alguien con buenos oídos, sabiendo ser criticado.
¿Quién crítica? Todos. Como ya mencioné este texto está pensado para el contexto cristiano, hijos de Dios así que todos los hijos de Dios pueden y deben hacer crítica, todos pueden criticar y deben criticar.
Como seres humanos Dios nos creó pensantes. Adán, primer hombre, era pensante, se comunicaba con Dios, puso nombres a los animales, cuidaba la creación de Dios, Dios le dio ordenanzas que él comprendió, lo envío a que gobernase sobre todo lo creado, etc. Todas las actividades que Adán realizó fueron acciones de hombre pensante, homo sapiens.
Al ser pensantes tenemos la capacidad de valorar lo que vemos, oímos, leemos, tocamos y sentimos. Contamos con unos sentidos que nos permiten percibir lo que está a nuestro alrededor y Dios nos ha dado la capacidad de valorar todas las cosas.
Como hijos de Dios, además, tenemos su Espíritu, y conocemos a Dios. Pablo afirma que Dios nos ha revelado todas las cosas por su Espíritu (1 Corintios 2:10); al nacer de nuevo, soy espiritual y el espiritual todo lo examina (1 Corintios 2:15).
Pablo, contrasta el conocimiento del hombre carnal y del hombre espiritual. El hombre carnal no puede entender todas las cosas porque no tiene el espíritu de Dios, mientras que el hombre espiritual lo puede examinar todo, tanto lo carnal como lo espiritual.
Hay algo muy importante que hay que tener en cuenta. Cuando hablamos de la crítica dije que la crítica era una valoración fundada. Además de ser espiritual el crítico cristiano debe saber de lo que va a hablar, de lo contrario es preferible que guarde silencio porque sus palabras no ayudarán.
La crítica debe ser fundada, debe tener como base unos parámetros sobre los cuales va a expresar sus opiniones. Es imposible que alguien comente un partido de fútbol, de sus impresiones, valore la técnica del equipo cuando no tiene el conocimiento suficiente para hacerlo. El crítico debe saber, debe tener conocimiento sobre lo que va a comentar. De ahí la importancia de tener conocimiento.
Si un crítico valora una predicación, en primer lugar debe hacerlo por el Espíritu de Dios, es decir, lo que prima no debe ser su simple opinión sino lo que Dios ponga en su corazón; en segundo lugar debe hacerlo con fundamento, todas sus valoraciones deben tener un fundamento, sea bíblico, académico, administrativo, pastoral, etc. El crítico debe ser el resultado de espiritualidad y conocimiento.
En cualquier caso debe evitar los extremos. Alguien sin conocimiento no puede ni debe criticar, así mismo alguien que solo tiene conocimiento no puede no debe criticar. Es común que los críticos, o los que se dicen ser críticos, se creen mejor que los demás. El crítico nunca debe pensar que es mejor o más que el criticado, ante todo el crítico debe ser responsable y respetuoso.
Pablo enseño a la iglesia un principio moral supremamente importante para el crítico, el crítico debe pensar de sí mismo con cordura. (Romanos 12:3) “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”
Así mismo otro principio que debe tener en cuenta el crítico es que no debe valorar negativamente los actos de otros cuando él hace los mismos actos. La enseñanza de Jesús respecto al juzgar a los demás nos enseña que uno no debe intentar quitar un palillo del ojo del otro, cuando en mi ojo se encuentra un tronco.
Para ampliar este punto invito al lector a leer el otro artículo sobre el mismo tema. En la segunda parte de éste, hago una descripción de las características del crítico y enmarco las diferencias del crítico y del criticón.
Lo criticable.
¿Qué se puede criticar? Todo. La base bíblica de este artículo, como ya lo mencioné, es 1 Corintios 2:15. En este texto encontramos la respuesta a la pregunta anterior y también encontramos la respuesta a esta pregunta.
Pablo enseña en el capítulo 2 que el hombre carnal es diferente al hombre espiritual ya que este último tiene el Espíritu de Dios. Dado que el hombre carnal no tiene el Espíritu de Dios no entiende muchas cosas, el evangelio le parece una locura. El hombre carnal puede, entonces, examinar solo las cosas carnales. Por el contrario el hombre espiritual puede examinar todas las cosas, no solo las cosas espirituales sino también las cosas carnales, y ningún hombre carnal lo puede examinar, entender, a él.
Este principio bíblico nos enseña que, mientras seamos hombres espirituales, podremos examinar todas las cosas, tanto lo carnal, como lo espiritual.
¿A qué se refiere Pablo con la palabra cosas? Creo que la labor del crítico debe recaer, en la medida de lo posible sobre los actos de los hombres más que sobre los hombres mismos. Opino que cuando Pablo habla de todas las cosas hace referencia a los actos o hechos de los hombres, de lo contrario diría que el espiritual examina a todos.
Creo que un ejemplo nos puede ayudar. En el círculo de las artes es muy común que exista un crítico de arte, un crítico de cine, en el caso del séptimo arte. Esta persona está encarga de valorar la obra de cineasta antes que al cineasta en sí mismo. El crítico de cine valora la película en sí misma, el reparto, el argumento, la música, la fotografía, la dirección, las locaciones, el vestuario, etc. El crítico no valora las personas sino el trabajo de las personas. En caso de ser necesario valorar la persona se valora como productor artístico. En este sentido la crítica debe ser ad auctorem, no ad hominem.
Dentro de nuestro contexto cristiano sería criticable el predicador y la predicación, el músico y su canción, el pastor y su administración, el maestro y su lección, el líder y su liderazgo, el escritor y se texto. No se olvide que la crítica debe recaer sobre la obra y sobre el autor de la obra, como autor no como persona ajena de la obra.
Nunca hay que olvidar todo lo que hemos dicho respecto a este tema. El hecho que algo sea criticable no significa que podamos descargar despiadadamente todas nuestras valoraciones.
Lo criticado.
Dado que todos somos críticos y todos somos criticables es indispensable aprender a ser criticados.
El cristianismo es público, el evangelio es público. Jesús nunca se escondió para anunciar las nuevas buenas, los apóstoles siempre predicaron en plazas y sinagogas en la medida en que les fue permitido. Al ser público es imposible pretender que la valoración de semejante acción sea privada, es decir, que nadie diga nada.
Culturalmente estamos acostumbrados a recibir con los brazos abiertos los reconocimientos y valoraciones positivas de nuestros actos, pero es particular que no somos dados a aceptar valoraciones negativas cuando nos equivocamos, siempre tenemos una justificación preparada.
Todo crítico debe ser criticable y por lo tanto debe saber ser criticado, en otras palabras, debe aprender a recibir la crítica, la valoración positiva y negativa de sus actos. Si como espirituales podemos examinar las obras de los demás, los demás pueden examinar nuestras obras. Siempre debemos contar con ello.
En nuestras iglesias es complicado que cuando algún predicador, por ejemplo, diga algo que no es bíblico, alguien se ponga en pie lo interrumpa y lo corrija. Culturalmente no estamos preparados para hacerlo ni para aceptarlo. Pero creo que es el momento de aprender a hacer crítica y de aprender a ser críticos. Qué bueno sería que después de dicha predicación, el predicador pudiera escuchar la valoración de alguien con buenos oídos, sabiendo ser criticado.
La crítica y su forma.
Hasta el momento hemos dedicado tiempo en buscar definiciones y características en lo que respecta a la crítica. Pregunta cómo qué es la crítica, quién crítica y qué se crítica han tenido respuesta. Ahora, creo que es importante dedicar unas líneas respecto a la forma. ¿Cómo hacer crítica?
La importancia de dedicar algunas líneas a la manera de hacerlo radica en que no sabemos cómo criticar los actos de los demás de manera responsable y respetuosa. Es por ello que preferimos marcar la crítica como una acción negativa, antes de enseñar y aprender a hacer crítica de manera adecuada.
En primer lugar quiero señalar que el crítico, al momento de valorar una obra o al autor de la obra, debe tener un objetivo específico. La crítica, en ningún caso puede ser un fin en sí misma sino un medio para llegar a un fin. Es indispensable que el crítico tenga muy claro el fin, y que entienda que la valoración no es el fin, es solo un medio.
¿Cuál es el fin del la crítica, cuál es su objetivo? Pablo hace referencia al objetivo que debe tener lo que hacemos en la iglesia y para la iglesia. 1 Corintios 14, trata sobre los dones espirituales, el fin de ellos es la edificación de la iglesia (v. 12). El versículo 26 reúne todo lo que se podría hacer en la reunión de los santos, y Pablo dice: Hágase todo para edificación. En Efesios 4, Pablo explica a la iglesia los dones que Dios repartió, y dice: a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.
El fin de la crítica, como la hemos descrito en este texto, también debe ser la edificación del cuerpo de Cristo. Si mi intención es edificar a otro y para ello necesito valorar lo que hace, es mi deber hacerlo. El crítico nunca debe pensar en criticar una obra para que él sobresalga, siempre el fin de la crítica debe ser la edificación, el aprendizaje del otro.
Si la crítica no sirve para edificar al otro, no es crítica. Un adagio popular dice: El objetivo de la Crítica es dejar al criticado con el sentimiento de que ha recibido una ayuda.
Pienso que para que la crítica edifique debe tener algunas características específicas.
Juan, en la introducción de su evangelio y hablando del Verbo hecho carne, afirma que habitó entre nosotros y vimos su gloria, y agrega lleno de gracia y verdad. Durante su ministerio Jesús no tuvo reparos valorar las acciones de los demás, fue un crítico, pero siempre tuvo estos dos ingredientes: gracia y verdad.
La gracia está directamente relacionada con el amor. El crítico debe decir las cosas con amor, si en verdad tiene como fin que su aporte sea de edificación. Un adagio popular dice que la verdad duele, pero creo que en él se esconden los groseros, altaneros y maleducados que no piensan para hablar. Tengo un maestro que me ha dicho las cosas más duras posibles y siempre me las dijo “envueltas en papel regalo”, nunca me agredió con sus palabras, pero siempre me dejó pensando, y en casi todas ocasiones, por no decir todas, sus palabras generaron un cambió en mi conducta.
El crítico también debe decir siempre la verdad. Jesús siempre habló con verdad, y esto le dio credibilidad y autoridad. La crítica siempre debe ser fundada en parámetros previamente establecidos y aceptados. La Biblia es la Biblia y es el mejor parámetro de verdad. Las críticas fundadas en nuestras opiniones, en lo que pensamos, basadas en nuestras autoridad, en un porque sí o porque no, son pobres y ridículas.
El crítico debe pensar antes de criticar. Hay una serie de preguntas que creo que nos pueden ayudar a la hora de decidir cómo criticar. ¿Aprovechará a otros mi valoración?, ¿Mi valoración será una carga para otros o será una oportunidad para mejorar?, ¿Mi valoración cubre hipócritamente lo que pienso sobre el otro?, ¿Mi conciencia y mis actos me permiten decir lo que voy a decir?, ¿Lo que voy a decir será un tropiezo para otros?, ¿Diría Jesús lo que voy a decir?, ¿Mi valoración busca que yo quede bien o busca darle la gloria a Dios?
El tema está en entender qué es la crítica y cómo hacerla, más que calificarla como negativa y rechazarla. Al rechazar la crítica está genera comentarios escondidos, tapados, en voz baja que terminan haciendo más daño que provecho.
Unas palabras finales.
Todos somos críticos por naturaleza. Dios nos dio la capacidad de valorar la conducta de los demás, y cómo hijos de Dios tenemos su Espíritu para hacerlo. Lamentablemente en nuestra cultura cristiana se ve con malos ojos.
Es casi imposible, y se convierte en una ofensa, que una oveja se acerque a su pastor y valore sus actuaciones. Es casi un pecado terrible mencionar que el predicador dijo algo que no es verdad, o que no se ajusta a lo que la Biblia dice. La oveja tiene “prohibido” hablar de su pastor ¿por qué? ¿Cómo lideres no tenemos un ministerio público, a la gente? ¿No sería apenas adecuado que las personas con que trabajamos y para las que trabajamos nos digan en qué fallamos, o es que somos perfectos?
Cuándo el músico canta lo que no debe cantar ¿no sería apenas necesario hacerle ver su error y ayudarlo a mejorarlo? ¿Por qué nos sentimos tan contentos cuando elogian nuestro trabajo y nos molestamos tanto cuando nos dicen que nos equivocamos?
La iglesia son los llamados por Dios a ser su pueblo, y según la escritura todos somos sus ovejas y él es Dios, el es el grande, nosotros los pequeños, él es el rey, nosotros sus súbditos. Ese es el Reino de Dios que Jesús anunció. ¿Por qué convertimos la iglesia en una pirámide?
Hace algún tiempo leí algo sobre el sistema piramidal de las gallinas en un establo. Una de ellas tenía la potestad para picotear a todas, la segunda podía picotear a todas menos a la primera, la tercera podía picotear a todas menos a la primera y a la segunda, etc. Al final había una gallina que no podría picotear a ninguna, pero todas la podía picotear a ella, porque era la última.
La iglesia no es un establo, no puede existir la pirámide. No es posible que los líderes puedan criticar a los liderados, pero que estos no puedan criticar a quienes los lideran. La Biblia enseña que todos somos un cuerpo, cada uno de nosotros somos un miembro del cuerpo, cada uno tenemos una función específica, y por ello nadie es mejor que otro, todos somos hijos de Dios. La iglesia no es un establo, es el redil de un pastor. Él es el buen pastor.
En ningún caso este documento es una apología a la alevosía, ni al levantamiento. Es una invitación a abrirnos a lo que los demás piensan de nosotros. Jesús lo hizo, ¿Por qué no hacerlo nosotros?
En nuestras iglesias debemos dar un paso adelante y en vez de hacer a un lado la crítica se nos debe enseñar a criticar, ver va crítica como una valoración fundada que identifica los aspectos positivos y negativos de un hecho, enseñar que el crítico debe ser una persona espiritual, que crítica a otros espiritualmente, con madurez, con responsabilidad, con gracia y con amor, que busca la edificación del otro.
Si todos aprendiéramos qué es la crítica, examinaríamos todas las cosas, y seríamos examinados por todos. Eso quiere decir que abriríamos un espacio de discusión –conversación- en donde todos aprendemos y somos edificados. Seríamos críticos y aprenderíamos a recibir la crítica.
En resumen, muchas cosas no son malas porque nos lo han dicho, simplemente no las conocemos a fondo y no sabemos cómo hacerlas, por lo tanto las hacemos mal y se convierten en un problema.
Qué Dios nos ayude a ser hombres espirituales, que podamos examinar todas las cosas con gracia y amor.
John Anzola
Enero 07/2011.
Enero 07/2011.
[1] Bonilla, Plutarco (En línea): La crítica. El crítico. Lo criticado o los criticados. http://www.lupaprotestante.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1631:la-critica-el-critico-lo-criticado-o-criticable-el-criticado-o-los-criticados-i--p-bonilla&catid=20&Itemid=127
[2] http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=criticar
Excelente entrada; bastante larga para lo que acostumbro a leer, pero lo suficientemente interesante como para seguirla de principio a fin.
ResponderEliminarEn cuanto a la falta de diálogo crítico en la iglesia, particularmente en la relación pastor-creyente, encuentro lo siguiente: el amén de aprobación o el silencio de duda o rechazo ante una afirmación son formas básicas de valoración. Agrego también que, gracias a Dios, se han dispuesto mecanismos que reducen considerablemente el riesgo de que un pastor dado se vuelva un autócrata.
Añadiría a la última oración "y verdad", para hacerla más consistente con el resto del texto.
Un abrazo John!
John, muchas gracias por su comentario, tiene toda la razón. La intención es que examinemos todas las cosas con dos ingredientes específicos, gracia (amor) y verdad.
ResponderEliminarUn abrazo.
John.
MI preocupación por las almas me traen TRISTESA cuando veo en mi IGLECIA personas nuevas y me da gozo las almas que serán SALVAS,pero más nunca vuelven a la IGLECIA,y he llegado a la conclusión de criticar la IGLECIA por falta de gracia y verdad soy principiante no conosco mucho la palabra de DIOS pero si el amor de DIOS que me mueve y he estudiado este tema el cual me indunda de lágrimas desde mi alma por que llevó tiempo en la IGLECIA y los asientos no se llenan y no es JEHOVA que no desee salvar almas ,más bien pienso que las IGLECIAS están dormidas o el afán de esta vida los turba he pasado luchas espirituales y no se las deseo a nadie no hay enfermedad ficica que le ganen a las luchas espirituales es un dolor,confución,pensamientos negativos,voces de malignos,TRISTESA,llanto,pena,AMARGURA tantas cosas horibles indeseables tormentosas que AVECES queremos ayuda de un líder un consejero espiritual una palabra de aliento,una mano hermana y no se encuentra a ningún hermano pues sólo van como de costumbre a la IGLECIA los días de IGLECIA y pienso que si DIOS creó,fundó su casa y llamó es para ayudarnos los unos con los otros y a salvar almas y donde hoy se encuentra esa ayuda como IGLECIAS si hoy en día van y vienen de la IGLECIA salen y siguen el afán de la vida y sus preocupaciones y siguen las almas pérdidas ya no ayunan ni hacen vigilias ni mucho menos oraciones fuertes de meses todos los días no se pero pido a DIOS por su pueblo DIOS todo lo ve y lo sabe y el en su tiempo ARA DIOS lo bendiga ..
ResponderEliminarMI preocupación por las almas me traen TRISTESA cuando veo en mi IGLECIA personas nuevas y me da gozo las almas que serán SALVAS,pero más nunca vuelven a la IGLECIA,y he llegado a la conclusión de criticar la IGLECIA por falta de gracia y verdad soy principiante no conosco mucho la palabra de DIOS pero si el amor de DIOS que me mueve y he estudiado este tema el cual me indunda de lágrimas desde mi alma por que llevó tiempo en la IGLECIA y los asientos no se llenan y no es JEHOVA que no desee salvar almas ,más bien pienso que las IGLECIAS están dormidas o el afán de esta vida los turba he pasado luchas espirituales y no se las deseo a nadie no hay enfermedad ficica que le ganen a las luchas espirituales es un dolor,confución,pensamientos negativos,voces de malignos,TRISTESA,llanto,pena,AMARGURA tantas cosas horibles indeseables tormentosas que AVECES queremos ayuda de un líder un consejero espiritual una palabra de aliento,una mano hermana y no se encuentra a ningún hermano pues sólo van como de costumbre a la IGLECIA los días de IGLECIA y pienso que si DIOS creó,fundó su casa y llamó es para ayudarnos los unos con los otros y a salvar almas y donde hoy se encuentra esa ayuda como IGLECIAS si hoy en día van y vienen de la IGLECIA salen y siguen el afán de la vida y sus preocupaciones y siguen las almas pérdidas ya no ayunan ni hacen vigilias ni mucho menos oraciones fuertes de meses todos los días no se pero pido a DIOS por su pueblo DIOS todo lo ve y lo sabe y el en su tiempo ARA DIOS lo bendiga ..
ResponderEliminarDios te siga usando en amor hermano, muy bueno el post, la verdad todo terminó en la corrección en amor para mejorar, apoyándose los unos con los otros.Todo sea para la gloria de Dios. Te bendigo donde quieras que estés.
ResponderEliminarDios te siga usando en amor hermano, muy bueno el post, la verdad todo terminó en la corrección en amor para mejorar, apoyándose los unos con los otros.Todo sea para la gloria de Dios. Te bendigo donde quieras que estés.
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