9/7/16


El escritor a los Hebreos quiere dejar claro, de entrada, que Jesús es superior a todo, aun a los profetas que fueron usados por Dios para hablar al pueblo. Hebreos 1:1 dice: Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo.

La tarea de los profetas no fue fácil. Sin importar las circunstancias debían dar el mensaje de Dios. Habacuc, por ejemplo, tuvo un mensaje preciso para el pueblo: aunque todo nos falte, podemos esperar en nuestro Dios. Él es nuestra fortaleza.

Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me gozaré en el Dios de mi salvación. (Hab 3:17-18 RV60)

El mensaje del profeta Oseas fue trascendental: Dios no dejará a su pueblo, por su misericordia y porque le ama. Aun cuando somos infieles, él permanece fiel. Hoy debemos recordar estas palabras y dejar que nuestra fe se fortalezca.

»Israelitas,
¡yo no puedo abandonarlos!
¡No sería capaz de hacerlo!
¡No podría destruirlos!
¡Mi gran amor por ustedes
no me lo permite! (Oseas 11:8 TLA)

La tarea de los profetas se dio en una época y en un contexto determinado, pero sus mensajes ha traspasado los siglos y hoy es vigente para nosotros. La palabra de Dios no caduca, no tiene fecha de vencimiento.

Hoy es momento para recordar que aunque todo falte y el horizonte se vea oscuro, Dios es fiel, tiene cuidado de nosotros, y nos permitirá salir victoriosos. Así mismo, vale la pena recordar que él no es como nosotros, no se cansa de amar, por el contrario su amor es infinito y su cuidado por nosotros es constante.

Entrégale tus cargas hoy a Dios. No dejes que la incredulidad llene tu corazón y dañe tus pensamientos. Recuerda que Dios es Dios sin importar las circunstancias, y que tiene cuidado de ti porque te ama.

Es posible que estés pasando un momento de dolor en tu vida y que tu mente tenga más preguntas que respuestas. No olvides que sin importar las circunstancias Dios sigue siendo fiel, y él tiene cuidado de ti. Él dio su vida por ti, tu nombre está en su corazón. Te recuerda como un padre recuerda un hijo. Confía en él.

John Anzola

FotografíaPete Zarria
Tomada de: https://www.flickr.com/

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