20/11/15


A nombre y en nombre no significan lo mismo. A nombre significa que algo, una carta o un documento, tiene ese nombre de quien hace referencia; el mensajero lee el edicto a nombre del rey, por ejemplo. En nombre de expresa que se actúa en representación de alguien; por ejemplo, ir a la reunión en nombre del presidente.

Los máximos jefes político religiosos llevaron a interrogatorio a Pedro y a Juan. La diligencia judicial buscaba resolver una sola pregunta ¿en nombre de quién se atrevieron a sanar a un enfermo?

La ley señalaba que el poder de hacer algo por alguien, como una sanidad, estaba concedido a los sacerdotes, a los monarcas, o a los líderes, pero no a unos simples pescadores. Pedro y Juan no tenían ningún poder para hacer algo por alguien, y menos para predicar mensajes locos que generaban confusión en las personas que los escuchaban.

Tal era el pensamiento de los gobernantes, ancianos, y maestros de la ley, liderados por el sumo sacerdote, que iniciaron el interrogatorio a los dos pescadores. La réplica fue tan contundente que al final tuvieron guardar silencio y dejarlos ir.

La respuesta de los dos discípulos que se disponían a iniciar su labor apostólica fue certera: “la sanidad del hombre que estaba inválido pero que ahora camina, fue hecha en el nombre de Jesús, el mismo que ustedes mataron en una cruz, el mismo que ahora vive por el poder de Dios”. Y agregaron, “ustedes son como unos constructores que desecharon una piedra, pero ahora dicha piedra, Jesucristo, es la piedra fundamental sobre la cual se sostiene todo el edificio”.

Pedro y Juan llenos del Espíritu Santo actuaron en nombre de Jesús. Ellos representaban a Jesús. Sus actos se hacían en el nombre de Jesús y era como si Jesús mismo los hubiese hecho. Es por ello que el bautismo, la sanidad, la resurrección, la predicación, y todo se hace en el nombre de Jesús.

Pedro y Juan nos dan un ejemplo que trasciende leyes y tiempos. Todo lo que un hijo de Dios hace, lo hace en representación de Dios. Actuar en el nombre de Jesús es actuar con la convicción de que quien hace el milagro es el mismo Dios, amo y señor del universo. ¿Actuamos en representación de Dios? ¿Todo lo que hacemos, lo hacemos en el nombre de Jesús? Te invitamos a ser un representante de Dios. Piensa, habla, y actúa en nombre de Jesús, tu salvador.

John Anzola

Imagen de: Maximiliano Martin Tomada de: https://www.flickr.com/

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