18/10/15

A Jesús lo seguía mucha gente, y no era para menos, era el Maestro. Todos querían ser sus discípulos. Él había demostrado que era un líder al que todos querían seguir: hacía milagros, sanaba enfermos, alimentaba a los hambrientos, traía esperanza a los oprimidos. Muchos creyeron que él era el Mesías.

Cuando Jesús caminaba por la ciudad, las multitudes se agolpaban al verlo, unos para curiosear, otros para escucharlo, otros para recibir algo, otros para seguirlo. En una de esas caminatas Jesús se detuvo, dio media vuelta y dijo a la multitud:

Sí de verdad quieren ser mis discípulos deben pensarlo muy bien. Yo soy más importante que sus padres, sus hermanos, sus hijos, sus parientes; que ustedes mismos.

Mis discípulos me tienen en primer lugar, por encima de su nombre, su apellido, su profesión. Son los que se niegan a sí mismos, dejan a un lado su importancia, toman su cruz y me siguen. Cuidado, todo esto exige pensarlo muy bien.

Muchos de ustedes cuando van a construir una casa primero se sientan a pensar, calculan qué tienen y qué necesitan. Ustedes no esperan quedar en vergüenza porque comenzaron una casa y no la terminaron. Ser mi discípulo demanda pensarlo muy bien.

Otro ejemplo. Un rey vio que venía un rey enemigo, pensó muy bien con qué podìa hacerle frente y al darse cuenta que no tenía cómo defenderse, le mandó una delegación de paz. Así se salvó y salvó a su pueblo. Él actuó como mi discípulo, lo pensó muy bien.

Hoy no es muy diferente. Muchos siguen a Jesús para ver sus milagros, sus sanidades, sus bendiciones, pero no le dan el primer lugar que él se merece. Ser discípulo de Jesús exige pensarlo muy bien. ¿Te consideras un discípulo de Jesús?

Ser discípulo de Jesús requiere ser como el constructor y el rey que pensaron muy bien qué tenían y qué necesitaban para alcanzar su objetivo. Hoy debemos pensar qué debemos dejar para darle el primer lugar a Jesús, solo así seremos sus discípulos. Jesús pide que lo dejemos todo por él. Él dijo Tomen su cruz y siganme.

¿Hay en tu corazón algo que ocupa el primer lugar? ¿Crees que es por tus cualidades, tu nombre o tu familia que puedes ser discípulo del maestro? La parábola de Jesús nos dice que para ser discípulo de Jesús debemos pensarlo muy bien.

John Anzola
Imagen de:  SantiMB.Photos. Tomada de: https://www.flickr.com/

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