Tito 1:
Tus actos deben confirmar tu fe.
Introducción.
Durante su ministerio como apóstol,
Pablo tuvo la tarea de viajar por muchas ciudades, predicar el evangelio de
Jesucristo y fundar iglesias compuestas por creyentes en la obra redentora de
Cristo. Dentro de la organización de la iglesia del primer siglo era necesario
dejar líderes que administran la obra, es así como Tito y Timoteo, por ejemplo, se convirtieron en grande
hombres de Dio, y en administradores de su obra.
Pablo, como todo un maestro, les enviaba
cartas en donde hacía algunas recomendaciones, observaciones y hasta
exhortaciones frente a algunos problemas que se estaba presentando en las
iglesias nacientes.
Una de esas cartas es Tito. En tres
capítulos, en 46 versículos, podemos ver un mensaje preciso a un líder con la
tarea de corregir algunos problemas en la iglesia de Creta. Asimismo esta carta
nos presentan una serie de retos prácticos que nos ayudan en nuestra vida
cristiana.
Iniciemos un viaje expositivo por
esta carta seguros que su mensaje, que ha trascendido el tiempo, es Palabra
directa de Dios y que puede redargüir nuestros corazones hoy, casi 2000 años después
de que Pablo la envió a Tito.
De Pablo, para Tito.
En los versículos 1-4 encontramos lo
que generalmente llamamos la Salutación o el saludo. Como podemos darnos cuenta
todas las cartas de Pablo inician de esta manera. Pero es interesante ver que
la descripción que hace Pablo de sí mismo es la descripción más extensa de
todas las cartas que escribió.
Aquí Pablo busca identificarse de
acuerdo con la fe, es decir, de acuerdo con lo que habían creído, de acuerdo
con el evangelio. Pablo no era un predicador cualquiera, Pablo no era una
persona que por azares de la vida había decidido ponerse a enseñar lo que él
quisiera enseñar. Él es, en verdad, un apóstol, un enviado, de Jesucristo, y un
siervo, un esclavo de Dios.
El trabajo que Pablo realizaba lo
hacía en acuerdo con la fe verdadera,
con la fe en Cristo, y estaba seguro que Dios respaldaría su predicación ya que
él mismo se la había entregado. Pablo es claro en mencionar que él es apóstol
de Dios, no de hombres. (Gálatas1:1) (1 Timoteo 2:7).
La descripción que hace Pablo de sí
mismo le permitirá a Tito tener una idea clara de lo que es un líder en la
iglesia. Pablo lo era, y Tito había aprendido de él. Así que era necesario que
en las iglesias de Creta los líderes, ancianos obispos, tuvieran esas
características. Que fueran siervos y apóstoles de Jesucristo, que enseñaran la
predicación encomendada directamente por Dios.
La carta es enviada a Tito, a quien
describe como un verdadero hijo. No se nombra a Tito en todo el libro de Hechos
pero se habla de él en las cartas. Pablo lo menciona en varias oportunidades y
se puede inferir que Tito era una líder que acompañó en varias oportunidades a
Pablo durante su ministerio.
Motivo de la carta.
Pablo entra en el desarrollo
temático de la carta haciendo énfasis en la tarea encomendada a Tito en la isla
de Creta, una isla que quedaba dentro del Mar Mediterráneo, en donde
seguramente Pablo había fundado una iglesia y donde, desde hacía algunos años, habían ido
a vivir grupos de Judíos, quienes después de la predicación vieron posible
judaizar el evangelio de Jesucristo.
La tarea de Tito en Creta era doble.
Por un lado debía corregir lo deficiente; y por otro debía establecer ancianos
en cada ciudad. La primera tarea nos deja
ver que en realidad en la iglesia de Creta había algunos problemas
importantes que ameritaron que Pablo enviara a un líder con la tarea específica
de solucionar dichos problemas, había deficiencias. La segunda tarea nos deja
ver que Pablo deseaba hacer organizar la iglesia, así como lo había hecho en
Listra (Hechos 14:23).
Los versículos siguientes son una
descripción específica de la tarea encomendada a Tito. En los versículos 6-9
Pablo le da detallada información sobre las características que debían cumplir
los ancianos que Tito debía establecer. Y en los versículos 10-14 Pablo
describe las deficiencias que es necesario corregir.
En cuanto a la primera tarea, la de
corregir, en el texto griego se utiliza la palabra επιδιορθωση que significa rectificar algo que se
está torciendo, a restaurar algo que, después de un tiempo se había comenzado a
destruir. Pablo, que había sembrado un gran árbol, se entera que está creciendo
pero que se está torciendo, así que envía a Tito para que haga lo necesario,
para que dicho árbol se enderece.
En cuanto a la segunda tarea, la
palabra utilizada en griego es καταστησης que se
puede traducir como establecer, constituir, encargar. Tito, como ya lo había
hecho Pablo en Listra y como era costumbre al fundar una iglesia, debía
establecer unos líderes que se encargaran de la enseñanza de la iglesia. El
problema en Creta era bien complicado, los predicadores que se habían levantado
no enseñaban correctamente el evangelio. Ante esto la tarea de Tito era
indispensable.
Características de un
anciano-obispo.
En los versículos 6-9 Pablo le envía
a Tito una serie de parámetros que la vida de un presbítero debería tener. El
primer elemento podríamos relacionarlo con su vida, el segundo con su círculo
más directo, su esposa, el tercero con sus hijos y los siguientes con las
personas que lo rodeaban.
La primera característica es
irreprensible. Al líder de la iglesia no es necesario llamarlo a parte para
pedirle cuentas por sus actos. Implica que la vida del líder debería ser tan
correcta que sus actos hablarían por el mismo. El líder no debe tener ni sombre
de cualquier tipo de acusación en su contra.
En cuanto a su esposa debería
haberse casado una sola vez, es decir, tener una sola esposa. Y en cuanto a sus
hijos, estos deberían ser el resultado de su enseñanza: no acusado de
libertinaje, ni rebelde.
Uno podría pensar que estas
características son un poco exageradas y limitantes, pero el versículo 7 y 9b presenta
la razón: el obispo - anciano debe ser de esta manera para que pueda
exhortar con sana enseñanza y convencer
a los que contradicen. Pablo le da el título de administrador, mayordomo,
economista, de lo que le pertenece a Dios.
Las demás indicaciones están 5 en
negativo y 7 en positivo. El líder no debe ser: soberbio, iracundo, dado al
vino, pendenciero, codicioso de ganancias deshonestas. Sí debe ser: hospedador,
amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la
palabra fiel tal como ha sido enseñada.
Situación
a corregir.
En los versículos 10 – 14 Pablo hace
una descripción de la situación de la iglesia, y justifica la necesidad de
establecer líderes rectos que
administraran la obra. En inventario que
hace Pablo deja ver que la situación no era para nada fácil en la iglesia de
Creta: había muchos rebeldes que querían
hacer lo que ellos quisieran apartados de la enseñanza original, que enseñaban
cosas vanas, falsas, y que engañaban a quienes los escuchaban. Y punto seguido,
casi que los nombra con nombre propio: los judaizantes.
Con sus enseñanzas eran capaces de
darle toda la vuelta la fe de algunos cristianos, trastornaban algunas casas,
enseñaban por ganancias deshonestas.
Pablo, para aclarar el punto al que hacía referencia cita a uno de los
escritores cretenses, a Epiménides, quien hablando de sus mismos conciudadanos
dijo: "Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos".
Pablo toma la afirmación del poeta y
le da pie para recomendarle a Tito: repréndelos duramente para que sean sanos
en la fe, para que no estén atentos a fábulas judaicas, ni a mandamientos de
hombres que se apartaran de la verdad.
La situación en la iglesia de Creta
no era para nada fácil. Las iglesias del primer siglo siempre tuvieron una
amenaza latente, la inclusión de los judaizantes y sus erradas enseñanzas.
Ese mismo tema lo toca el apóstol el
Filipenses y en Gálatas. Los de la circuncisión llegaban a negar la obra de
Jesucristo en la cruz del calvario ya que predicaban que era necesario, para
ser salvos, cumplir los ritos judíos como la circuncisión. Pablo es claro al
afirmar que sus enseñanzas son erradas.
Dentro de la iglesia de Creta había
líderes que no solamente cambiaron la doctrina de la gracia al incluir
mandamientos de hombres, sino que predicaban con el fin de obtener ganancias
deshonestas, en otras palabras, predicaban para ganar dinero para ellos. Pablo
es claro en rechazar esta práctica. Y la tarea de Tito fue corregir esto hechos
que, de acuerdo con la enseñanza del apóstol,
eran corrompidos y errados.
El punto central.
En los versículos 15 y 16 se
encuentra la conclusión a la que llega el apóstol respecto a los problemas de
la iglesia en Creta: Todas las cosas son puras para los puros. La
palabra que utiliza Pablo tiene una gran carga semántica en el griego. La
palabra es καθαρα y con ella el autor hace referencia a la pureza
absoluta, la pureza del agua, por ejemplo, que es transparente, cristalina y de
donde solo pueden salir actos puros.
El principio que establece el
apóstol es fácil de entender para Tito, para la iglesia de Creta, y debe ser
claro para nosotros hoy. Las acciones contienen en sí mismas la naturaleza de
quien las realiza. Dentro de un vaso de agua pura y cristalina no puede existir
algún tipo de impureza, así mismo de un corazón puro solo pueden salir pensamientos,
palabras y acciones puras.
Al contrario, para los que no son
puros, para los que son corrompidos e incrédulos sus acciones terminan por ser
corrompidas y erradas ya que su mente y su conciencia están sucias, están
corrompidas. El apóstol hace referencia directa a los malos líderes de Creta
quienes demostraban con sus acciones que era corrompidos, que eran incrédulos,
que su corazones no eran puros.
Ellos, los corrompidos e incrédulos,
confiesan conocer a Dios, saber mucho de Dios, pero en realidad sus hechos lo
niegan y llegan a ser abominables y rebeldes, y por lo tanto reprobados. En el versículo 16, pienso, está el punto
central del problema: los líderes cretenses afirmaban conocer a Dios pero con
sus hechos, con lo que hacían, decían todo lo contrario.
Conclusión.
La carta que Pablo escribe a Tito se
convierte en una directriz práctica respecto a lo que estaban realizando sus
líderes y predicadores en Creta, también se convierte en una directriz práctica
para nosotros. Bien podríamos decir que en nuestras iglesias de hoy no se
encuentran los judaizantes predicando la circuncisión, así que podríamos estar
tranquilos. Pero a decir verdad y haciendo una evaluación de acuerdo con la
Palabra de Dios podríamos estar cerca a
la iglesia de Creta.
El problema en la iglesia de Creta no
era que existieran líderes que enseñaban palabras de hombres, ese hecho era una
manifestación del problema. El problema tampoco era que los líderes predicaran
con el fin llenarse sus bolsillos de dinero; tampoco era que dieran la vuelta a
la fe de muchas familias que comenzaban en vida cristiana. Todos estos hechos
eran manifestaciones del problema un central: No creían en Cristo.
Pablo es claro en llamarlos
incrédulos. No creyentes. Decían conocer a Dios pero con sus actos lo negaban. En
nuestro tiempo nos enfrentamos al mismo problema, decimos conocer a Dios pero
nuestros actos lo niegan.
Estamos en un momento histórico en
donde el cristianismo nominal llena nuestras iglesias. Hoy todos dicen ser
cristianos, asisten a una iglesia evangélica y tiene la Biblia como amuleto,
pero en realidad sus actos niegan lo que dicen.
¿Qué podríamos pensar de un
ingeniero civil que en su oficina tuviera muchos diplomas, certificados,
premios, medallas, si luego de construir un puente éste se cae en el primer año?
Sencillo, diríamos que es un mal ingeniero, muchos dirían que no es un ingeniero.
Lo mismo sucede con nuestra vida. Muchos colgamos en nuestra casa un título que
dice cristiano, pero nuestro comportamiento en la calle, en el colegio, en la
universidad, con nuestra familia, niega lo que decimos ser o en lo decimos creer.
El primer capítulo de la carta del
apóstol Pablo a Tito nos presenta un reto gigante: es necesario que nuestras
acciones confirmen nuestra fe. Basta de decir que somos algo y que nuestros
actos lo nieguen. Pablo nos llamaría incrédulos. La fe debe ser práctica, la fe
debe evidenciarse en nuestras vidas.
Pero cuidado. No estamos diciendo
que ser cristiano es tener una serie de mandamientos que debamos cumplir para
alcanzar algo como la salvación. Todo lo contrario. Estamos diciendo que como somos salvos nuestras acciones deben
confirmarlo. Dios es tan poderos que cuando creemos en él tiene el poder de
cambiar por completo nuestra vida, así que lo que nuestros actos son el
resultado de su obra salvífica.
En el momento en que decidimos creer
en él y aceptarlo en nuestra vida, él entra en nuestro corazón y nos hace una
nueva criatura. Pablo dice: Ya no vivo yo, ahora Cristo mora en mí. Dado
que Cristo es quien mora en mí, mis actos, mis acciones, solo son una prueba
irrefutable del poder de Dios en mi vida. Así no seríamos incrédulos sino
creyentes.
De este capítulo podemos desprender
el siguiente principio práctico: Ser cristiano no es solo afirmar que conocemos
o sabemos de Dios, eso solo será real si nuestros actos lo confirman.
¿Confirman nuestros actos que
conocemos a Dios? ¿Mi comportamiento sustenta la fe que he puesto en Jesucristo
y en su obra en la cruz del calvario por mí? ¿Las personas que me rodean me
conocen y saben que amo a Dios por mis actos, o por el contrario, no creen que
soy cristiano porque mis actos niegan mi fe?
Dios que nunca falla está con
nosotros. El cristianismo no sería cristianismo si consistiera en realizar actos
para conocer a Jesucristo. El cristianismo es Cristo viviendo en mí. ¿Vive
Cristo en tú corazón?
John Anzola
Agosto 2012.
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