13/8/12



Tito 1: Tus actos deben confirmar tu fe.

Introducción.
Durante su ministerio como apóstol, Pablo tuvo la tarea de viajar por muchas ciudades, predicar el evangelio de Jesucristo y fundar iglesias compuestas por creyentes en la obra redentora de Cristo. Dentro de la organización de la iglesia del primer siglo era necesario dejar líderes que administran la obra, es así como Tito y Timoteo,  por ejemplo, se convirtieron en grande hombres de Dio, y en administradores de su obra.

Pablo, como todo un maestro, les enviaba cartas en donde hacía algunas recomendaciones, observaciones y hasta exhortaciones frente a algunos problemas que se estaba presentando en las iglesias nacientes.

Una de esas cartas es Tito. En tres capítulos, en 46 versículos, podemos ver un mensaje preciso a un líder con la tarea de corregir algunos problemas en la iglesia de Creta. Asimismo esta carta nos presentan una serie de retos prácticos que nos ayudan en nuestra vida cristiana.

Iniciemos un viaje expositivo por esta carta seguros que su mensaje, que ha trascendido el tiempo, es Palabra directa de Dios y que puede redargüir nuestros corazones hoy, casi 2000 años después de que Pablo la envió a Tito.

De Pablo,  para Tito.
En los versículos 1-4 encontramos lo que generalmente llamamos la Salutación o el saludo. Como podemos darnos cuenta todas las cartas de Pablo inician de esta manera. Pero es interesante ver que la descripción que hace Pablo de sí mismo es la descripción más extensa de todas las cartas que escribió.

Aquí Pablo busca identificarse de acuerdo con la fe, es decir, de acuerdo con lo que habían creído, de acuerdo con el evangelio. Pablo no era un predicador cualquiera, Pablo no era una persona que por azares de la vida había decidido ponerse a enseñar lo que él quisiera enseñar. Él es, en verdad, un apóstol, un enviado, de Jesucristo, y un siervo, un esclavo de Dios.

El trabajo que Pablo realizaba lo hacía en  acuerdo con la fe verdadera, con la fe en Cristo, y estaba seguro que Dios respaldaría su predicación ya que él mismo se la había entregado. Pablo es claro en mencionar que él es apóstol de Dios, no de hombres. (Gálatas1:1) (1 Timoteo 2:7).

La descripción que hace Pablo de sí mismo le permitirá a Tito tener una idea clara de lo que es un líder en la iglesia. Pablo lo era, y Tito había aprendido de él. Así que era necesario que en las iglesias de Creta los líderes, ancianos obispos, tuvieran esas características. Que fueran siervos y apóstoles de Jesucristo, que enseñaran la predicación encomendada directamente por Dios.

La carta es enviada a Tito, a quien describe como un verdadero hijo. No se nombra a Tito en todo el libro de Hechos pero se habla de él en las cartas. Pablo lo menciona en varias oportunidades y se puede inferir que Tito era una líder que acompañó en varias oportunidades a Pablo durante su ministerio.

Motivo de la carta.
Pablo entra en el desarrollo temático de la carta haciendo énfasis en la tarea encomendada a Tito en la isla de Creta, una isla que quedaba dentro del Mar Mediterráneo, en donde seguramente Pablo había fundado una iglesia  y donde, desde hacía algunos años, habían ido a vivir grupos de Judíos, quienes después de la predicación vieron posible judaizar el evangelio de Jesucristo.

La tarea de Tito en Creta era doble. Por un lado debía corregir lo deficiente; y por otro debía establecer ancianos en cada ciudad. La primera tarea nos deja  ver que en realidad en la iglesia de Creta había algunos problemas importantes que ameritaron que Pablo enviara a un líder con la tarea específica de solucionar dichos problemas, había deficiencias. La segunda tarea nos deja ver que Pablo deseaba hacer organizar la iglesia, así como lo había hecho en Listra (Hechos 14:23).

Los versículos siguientes son una descripción específica de la tarea encomendada a Tito. En los versículos 6-9 Pablo le da detallada información sobre las características que debían cumplir los ancianos que Tito debía establecer. Y en los versículos 10-14 Pablo describe las deficiencias que es necesario corregir.

En cuanto a la primera tarea, la de corregir, en el texto griego se utiliza la palabra επιδιορθωση que significa rectificar algo que se está torciendo, a restaurar algo que, después de un tiempo se había comenzado a destruir. Pablo, que había sembrado un gran árbol, se entera que está creciendo pero que se está torciendo, así que envía a Tito para que haga lo necesario, para que dicho árbol se enderece.

En cuanto a la segunda tarea, la palabra utilizada en griego es καταστησης que se puede traducir como establecer, constituir, encargar. Tito, como ya lo había hecho Pablo en Listra y como era costumbre al fundar una iglesia, debía establecer unos líderes que se encargaran de la enseñanza de la iglesia. El problema en Creta era bien complicado, los predicadores que se habían levantado no enseñaban correctamente el evangelio. Ante esto la tarea de Tito era indispensable.

Características de un anciano-obispo.
En los versículos 6-9 Pablo le envía a Tito una serie de parámetros que la vida de un presbítero debería tener. El primer elemento podríamos relacionarlo con su vida, el segundo con su círculo más directo, su esposa, el tercero con sus hijos y los siguientes con las personas que lo rodeaban.

La primera característica es irreprensible. Al líder de la iglesia no es necesario llamarlo a parte para pedirle cuentas por sus actos. Implica que la vida del líder debería ser tan correcta que sus actos hablarían por el mismo. El líder no debe tener ni sombre de cualquier tipo de acusación en su contra.

En cuanto a su esposa debería haberse casado una sola vez, es decir, tener una sola esposa. Y en cuanto a sus hijos, estos deberían ser el resultado de su enseñanza: no acusado de libertinaje, ni rebelde.  

Uno podría pensar que estas características son un poco exageradas y limitantes, pero el versículo 7 y 9b presenta la razón: el obispo - anciano debe ser de esta manera para que pueda exhortar con sana enseñanza  y convencer a los que contradicen. Pablo le da el título de administrador, mayordomo, economista,  de lo que le pertenece a Dios.

Las demás indicaciones están 5 en negativo y 7 en positivo. El líder no debe ser: soberbio, iracundo, dado al vino, pendenciero, codicioso de ganancias deshonestas. Sí debe ser: hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada.

Situación a corregir.
En los versículos 10 – 14 Pablo hace una descripción de la situación de la iglesia, y justifica la necesidad de establecer líderes rectos  que administraran la obra.  En inventario que hace Pablo deja ver que la situación no era para nada fácil en la iglesia de Creta: había  muchos rebeldes que querían hacer lo que ellos quisieran apartados de la enseñanza original, que enseñaban cosas vanas, falsas, y que engañaban a quienes los escuchaban. Y punto seguido, casi que los nombra con nombre propio: los judaizantes.

Con sus enseñanzas eran capaces de darle toda la vuelta la fe de algunos cristianos, trastornaban algunas casas, enseñaban por  ganancias deshonestas. Pablo, para aclarar el punto al que hacía referencia cita a uno de los escritores cretenses, a Epiménides, quien hablando de sus mismos conciudadanos dijo: "Los cretenses son siempre mentirosos,  malas bestias,  glotones ociosos". 

Pablo toma la afirmación del poeta y le da pie para recomendarle a Tito: repréndelos duramente para que sean sanos en la fe, para que no estén atentos a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartaran de la verdad.

La situación en la iglesia de Creta no era para nada fácil. Las iglesias del primer siglo siempre tuvieron una amenaza latente, la inclusión de los judaizantes y sus erradas enseñanzas. Ese  mismo tema lo toca el apóstol el Filipenses y en Gálatas. Los de la circuncisión llegaban a negar la obra de Jesucristo en la cruz del calvario ya que predicaban que era necesario, para ser salvos, cumplir los ritos judíos como la circuncisión. Pablo es claro al afirmar que sus enseñanzas son erradas.

Dentro de la iglesia de Creta había líderes que no solamente cambiaron la doctrina de la gracia al incluir mandamientos de hombres, sino que predicaban con el fin de obtener ganancias deshonestas, en otras palabras, predicaban para ganar dinero para ellos. Pablo es claro en rechazar esta práctica. Y la tarea de Tito fue corregir esto hechos que, de acuerdo con la enseñanza del apóstol,  eran corrompidos y errados.

El punto central.
En los versículos 15 y 16 se encuentra la conclusión a la que llega el apóstol respecto a los problemas de la iglesia en Creta: Todas las cosas son puras para los puros. La palabra que utiliza Pablo tiene una gran carga semántica en el griego. La palabra es καθαρα y  con ella el autor hace referencia a la pureza absoluta, la pureza del agua, por ejemplo, que es transparente, cristalina y de donde solo pueden salir actos puros.

El principio que establece el apóstol es fácil de entender para Tito, para la iglesia de Creta, y debe ser claro para nosotros hoy. Las acciones contienen en sí mismas la naturaleza de quien las realiza. Dentro de un vaso de agua pura y cristalina no puede existir algún tipo de impureza, así mismo de un corazón puro solo pueden salir pensamientos, palabras y acciones puras.

Al contrario, para los que no son puros, para los que son corrompidos e incrédulos sus acciones terminan por ser corrompidas y erradas ya que su mente y su conciencia están sucias, están corrompidas. El apóstol hace referencia directa a los malos líderes de Creta quienes demostraban con sus acciones que era corrompidos, que eran incrédulos, que su corazones no eran puros.

Ellos, los corrompidos e incrédulos, confiesan conocer a Dios, saber mucho de Dios, pero en realidad sus hechos lo niegan y llegan a ser abominables y rebeldes, y por lo tanto reprobados.  En el versículo 16, pienso, está el punto central del problema: los líderes cretenses afirmaban conocer a Dios pero con sus hechos, con lo que hacían, decían todo lo contrario.

Conclusión.
La carta que Pablo escribe a Tito se convierte en una directriz práctica respecto a lo que estaban realizando sus líderes y predicadores en Creta, también se convierte en una directriz práctica para nosotros. Bien podríamos decir que en nuestras iglesias de hoy no se encuentran los judaizantes predicando la circuncisión, así que podríamos estar tranquilos. Pero a decir verdad y haciendo una evaluación de acuerdo con la Palabra de Dios  podríamos estar cerca a la iglesia de Creta.

El problema en la iglesia de Creta no era que existieran líderes que enseñaban palabras de hombres, ese hecho era una manifestación del problema. El problema tampoco era que los líderes predicaran con el fin llenarse sus bolsillos de dinero; tampoco era que dieran la vuelta a la fe de muchas familias que comenzaban en vida cristiana. Todos estos hechos eran manifestaciones del problema un central: No creían en Cristo.

Pablo es claro en llamarlos incrédulos. No creyentes. Decían conocer a Dios pero con sus actos lo negaban. En nuestro tiempo nos enfrentamos al mismo problema, decimos conocer a Dios pero nuestros actos lo niegan.  

Estamos en un momento histórico en donde el cristianismo nominal llena nuestras iglesias. Hoy todos dicen ser cristianos, asisten a una iglesia evangélica y tiene la Biblia como amuleto, pero en realidad sus actos niegan lo que dicen.

¿Qué podríamos pensar de un ingeniero civil que en su oficina tuviera muchos diplomas, certificados, premios, medallas, si luego de construir un puente éste se cae en el primer año? Sencillo, diríamos que es un mal ingeniero, muchos dirían que no es un ingeniero. Lo mismo sucede con nuestra vida. Muchos colgamos en nuestra casa un título que dice cristiano, pero nuestro comportamiento en la calle, en el colegio, en la universidad, con nuestra familia, niega lo que decimos ser o en lo decimos creer.

El primer capítulo de la carta del apóstol Pablo a Tito nos presenta un reto gigante: es necesario que nuestras acciones confirmen nuestra fe. Basta de decir que somos algo y que nuestros actos lo nieguen. Pablo nos llamaría incrédulos. La fe debe ser práctica, la fe debe evidenciarse en nuestras vidas.

Pero cuidado. No estamos diciendo que ser cristiano es tener una serie de mandamientos que debamos cumplir para alcanzar algo como la salvación. Todo lo contrario. Estamos diciendo que  como somos salvos nuestras acciones deben confirmarlo. Dios es tan poderos que cuando creemos en él tiene el poder de cambiar por completo nuestra vida, así que lo que nuestros actos son el resultado de su obra salvífica.

En el momento en que decidimos creer en él y aceptarlo en nuestra vida, él entra en nuestro corazón y nos hace una nueva criatura. Pablo dice: Ya no vivo yo, ahora Cristo mora en mí. Dado que Cristo es quien mora en mí, mis actos, mis acciones, solo son una prueba irrefutable del poder de Dios en mi vida. Así no seríamos incrédulos sino creyentes.

De este capítulo podemos desprender el siguiente principio práctico: Ser cristiano no es solo afirmar que conocemos o sabemos de Dios, eso solo será real si nuestros actos lo confirman.

¿Confirman nuestros actos que conocemos a Dios? ¿Mi comportamiento sustenta la fe que he puesto en Jesucristo y en su obra en la cruz del calvario por mí? ¿Las personas que me rodean me conocen y saben que amo a Dios por mis actos, o por el contrario, no creen que soy cristiano porque mis actos niegan mi fe?

Dios que nunca falla está con nosotros. El cristianismo no sería cristianismo si consistiera en realizar actos para conocer a Jesucristo. El cristianismo es Cristo viviendo en mí. ¿Vive Cristo en tú corazón?

John Anzola
Agosto 2012.




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